En los últimos años el culto al cuerpo se ha convertido en la novedad y ha adquirido mayor importancia a causa del uso de las redes sociales; mueve muchos intereses porque el valor  de una mujer sigue determinado en parte por su juventud y belleza, aspectos que se relacionaban positivamente con la percepción de fertilidad y que, por tanto, la convertían en objeto de deseo y valor para los hombres.

Ilustración: Lisette Ávila

La preocupación por el cuerpo y la imagen ha sido un aspecto íntimamente relacionado con la vida de las mujeres. Desde las teorías sociobiológicas, la imagen de la mujer ha sido central para consolidar sus roles sociales, como por ejemplo esposa y madre (Sevillano, Rodríguez, Olarte y Lahoz, 2005). Sin embargo, la relación del cuerpo y la mujer no siempre ha adquirido consecuencias positivas, ya que afecta su vida personal, profesional y política. Esta relación está influida de manera perjudicial por la cosificación sexual, que refiere al trato de la mujer ante la sociedad como un objeto sexual para satisfacer el placer de terceros.

Es evidente que no es lo mismo “sexualidad” que “sexualización”. El término sexualidad hace referencia al placer propio y la sexualización se realiza para el placer de los demás a costa de otra persona.

Lo anterior muchas veces se ve representado en diversos medios o contenidos audiovisuales,  por ejemplo: cuando una joven inmersa en el mundo de la fama empieza a desarrollarse, cambia aspectos de su vida como tener parejas sexoafectivas y vestirse menos infantil, esto se ve utilizado por  la prensa  para sexualizar la situación enfocándose en su crecimiento y sexualidad con titulares como “Ya es toda una mujer”. Otro claro ejemplo es cuando una actriz comienza a explorar el usar ropa ajustada, sin embargo los medios discuten su nuevo look con adjetivos como “sexy”, “sensual” e incluso “provocativa”.

Ilustración: @feministailustrada

Desde las teorías feministas se ha hecho énfasis para resaltar la importancia de la construcción social de la imagen que las mujeres desarrollan y construyen de sí mismas. Esta idea ha sido recuperada y desarrollada por la Teoría de la Cosificación formulada por Fredrickson y Roberts en 1997. Dicha teoría resalta la importancia de las experiencias de socialización de género, es decir aquellas que exponen a las mujeres para ser valoradas exclusivamente por su cuerpo.

Por otro lado, numerosos estudios muestran que muchas mujeres en la actualidad disfrutan de ser sexualizadas, debido a que se ven envueltas en el falso empoderamiento de ser admiradas sexualmente por los hombres que consumen las redes sociales o un tipo de contenido específico. El disfrute de la sexualización sucede cuando una mujer encuentra la atención sexual que se basa en su apariencia y se apropia como positiva.

El otro lado de la moneda: Falso empoderamiento

Rosalind Gill explica en su artículo “Empoderamiento/Sexismo: figurando la agencia sexual femenina en la publicidad contemporánea” que la sexualización es una nueva forma de controlar a las mujeres; por el contrario, otros consideran que la sexualización es una forma de empoderamiento para que las mujeres asuman el control de su sexualidad. De esta manera, la sexualización se traduce como un mecanismo para la atracción y satisfacción de otros, así se obtiene una recompensa derivada de encajar con los estándares y estereotipos de belleza.

Muchas mujeres se han visto envueltas en conductas que son consecuencia de  mecanismos para la atracción: resaltan alguna parte de su cuerpo y siguen los ejemplos de las chicas playboy, exhibir este tipo de conductas aumenta la posibilidad de ser cosificadas sexualmente. Este es el efecto causado por el falso empoderamiento, por ello, es importante diferenciar entre el concepto correcto, ser o estar realmente empoderada y solo tener el sentimiento erróneo.

El empoderamiento es un proceso para asumir poder, es tomar conciencia de que durante siglos nos han oprimido y gracias al empoderamiento construimos una fuerza colectiva contra esa opresión. El poder se nos ha negado desde tiempos inmemorables y el falso empoderamiento nos aleja de él porque, como ya mencioné a lo largo del texto, las mujeres han sido clasificadas como cosas y no son reconocidas como sujetos con derechos. Este falso poder nos quita el verdadero valor que tenemos como personas.

La cosificación aumenta el poder de los hombres porque se les otorga la oportunidad de asumir que limitan a las mujeres debido a una dependencia sexual o económica, según sea el caso, en conjunto ambas situaciones provocan un estatus inferior para la mujer. Una vez comprendido lo anterior, un ejemplo cercano a nuestra realidad, es el caso de Instagram, donde existe una infinidad de creadores de contenido visual.

En especial los fotógrafos (hombres) realizan sesiones que se transforman en sets de contenidos hipersexualizados y cosifican a las mujeres, Mientras las hacen creeer que estos ejercicios las empoderan, obtienen una ganancia monetarias por el contenido, factor que ha hecho más popular estas prácticas.

De esta forma, se demuestra que  los hombres solo buscan adquirir poder sobre las mujeres y demandar un porcentaje de ganancias por ofrecerles este falso empoderamiento, el éxito y la exigencia de otros solo para satisfacer su placer. A partir de esto se debería entender que las mujeres no somos objetos sexuales ni mercancía de producto masculino.

Desgraciadamente los productores de contenido obtienen el 5% de las ganancias por modelo, no podemos tener mejor ejemplo para explicar el sistema de proxenetismo y cosificación de las mujeres, porque no solo se están explotando sexualmente a miles de chicas, sino que se les proporcionan incentivos económicos para que otras mujeres se vean atraídas por esta propuesta que está de moda y que no deberíamos normalizar. Suena atractivo tener un ingreso por un par de fotos en donde exhibas tu cuerpo y otras personas consuman ese contenido, sin embargo no se tiene conocimiento de que a costa de ello un tercero, o varios, también se vea beneficiado.

Para leer más:

Afrofeminas. (2021). Sexualidad vs sexualización. Afrofeminas.com.
Cermac, V. (20 de marzo de 2021). Un ejemplo de falso empoderamiento . Ciudad de México , México.
Gill, R. (2008). Empowerment/Sexism: Figuring Female Sexual Agency in Contemporary Advertising. Feminism & Psychology 18, 35-60.

Lamb, S. y Peterson, Z. (en prensa). Adolescent girls’ sexual empowerment: Two feminists explore the concept. Sex Roles.
Liss, M., Erchull, M. J. y Ramsey, L. R. (2011). “Empowering or Oppressing? Development and exploration of the Enjoyment of Sexualization Scale.” Personality and Social Psychology Bulletin, 37, 55-68
Sevillano, S., Rodríguez, J., Olarte, M. y Lahoz, L. (2005). El conocimiento del pasado. Una herramienta para la igualdad. Salamanca: Plaza Universitaria Ediciones.