¿Alguna vez te imaginaste que tendríamos clases en línea?

Cuando era niña, solía ver Los Supersónicos y pensaba que la idea de hacer todo a través de la computadora estaba muy lejos de nuestra realidad. Pero ahora estamos viviendo como ellos: compras en línea, clases virtuales, videoconferencias con amigos y familiares, televisión en línea, mantenernos conectados con la gente por recursos tecnológicos (videoconferencias, redes sociales).  

Creo que la pandemia nos tomó desprevenidos a todos, nunca imaginamos que esto iba a durar más de un año, pero aquí estamos. Para algunas personas este tiempo ha sido horrible, pero para otros ha sido un tiempo maravilloso para pasar con la familia y tener menos estrés de la vida cotidiana.

Pero, ¿qué pasa con los estudiantes que les encanta ir a la escuela? ¿Alguna vez hemos discutido o hablado toda la situación de la educación virtual?

¿Cómo viven las familias la pandemia y las clases virtuales? 

Para empezar, cuando el secretario de Educación Pública mencionó que entraríamos a cuarentena, todos, incluidos los maestros, administrativos y los padres, teníamos un estrés increíble, porque no sabíamos nada sobre el virus y cuál será nuestro futuro. Y peor aún fue justo a medio ciclo escolar; la mayoría de las escuelas no tenían la infraestructura para dar clases en línea (profesores con pocas habilidades tecnológicas o sin dispositivo electrónico para dar clases, estudiantes sin recursos para tomar sus clases, una buena conexión a Internet). Entonces, los maestros no fueron entrenados para dar clases virtuales. Y por último y lo más importante, muchos estudiantes no tienen acceso a las éstas.

La primera opción (en mi caso) fue enviar muchas copias y ejercicios para hacer en casa. Pero después de las vacaciones de semana Santa, nos dimos cuenta de que no podíamos seguir enviando muchos temas de repaso como lo estábamos haciendo y tuvimos que continuar como pudimos con el programa escolar. 

Durante el descanso en semana Santa, nos dimos cuenta de que no regresaríamos a la escuela (al menos en mayo), los directores de las escuelas comenzaron a moverse y a cambiar varias cosas en las clases virtuales. Fue un momento increíblemente estresante porque, por un lado, estábamos nerviosos por la situación de la pandemia (pensamos que sería como el caso de la influenza en 2009) y por otro lado estábamos ansiosos de lo que sucedería sobre el resto del año. En mi caso, junio fue el último mes del año escolar. Algunas escuelas terminaron el ciclo antes y otras continuaron trabajando durante todo julio y agosto. 

Ha sido casi un año de aprendizaje a distancia y creo que todavía no nos hemos acostumbrado en absoluto. 

En la educación básica, hay muchos problemas debido a que las familias, principalmente la familia nuclear, deben apoyar mucho en las clases virtuales, pero la mayoría de ellas simplemente les dan todas las respuestas. No los dejan pensar y cometer errores. A esta edad, es muy importante que los niños resuelvan problemas, tengan actividades atractivas y piensen por sí mismos.

Además, los padres deben preparar el material, alentarlos, contentarlos y hacer todo el trabajo socialemocional y académico que los maestros solíamos hacer. ¿Cómo podemos enseñar a los padres en medio de una pandemia a ayudar a los maestros a ayudar a sus hijos? Pero, ¿quién contiene a los padres en esta situación? Esta es un parteaguas en la educación y el reconocimiento de los maestros. 

Ha sido muy frustrante para las familias este tema de la educación en línea, no sólo porque deben trabajar y hacer todas las cosas en la casa, sino también, porque ellos mismos se convirtieron en los maestros (y algunos de ellos no tienen la paciencia para tratar académicamente con sus hijos). Debido a toda esta situación, estamos observando un desgaste general de las familias y los estudiantes.  Ha sido un momento difícil para casi todas las familias. 

Por otro lado, ¿cómo viven los profesores la pandemia? 

Cuando nos dijeron que entraríamos en cuarentena creo que todos los maestros nos volvimos locos. En menos de una semana tuvimos que planear para las próximas dos semanas antes del descanso de la semana de Pascua. Déjame darte algunos ejemplos de nuestra locura, en la escuela donde trabajo, estábamos haciendo paquetes para todos los niños con hojas de trabajo, lápices, lápices de colores, pegamento, papel de color, y todas las cosas que pensábamos que podían usar. Entonces, todos los maestros (desde preescolar hasta el último grado de primaria) estaban usando la fotocopiadora y estábamos enloqueciendo porque más de 20 maestros quieren sacar copias y construir los paquetes al mismo tiempo. Intentamos dar lo mejor de nosotros. 

¡¡Nunca pensamos que estas dos semanas de cuarentena durarán más que eso…, para ser honestos no sabemos cuánto más durará!! 

Después de Semana Santa, los directores de la escuela estaban modificando muchas cosas de cómo íbamos a trabajar. Empezamos a usar algunas plataformas educativas y estábamos pidiendo a los padres que enviaran todo el trabajo de sus hijos para tener pruebas y luego poderlos evaluarlos. Algunos padres envían toda la evidencia, otros algunos trabajos y tuvimos padres de familia que no enviaron nada. Era extremadamente difícil para los profesores evaluar a los estudiantes sin observarlos y sólo con una clase de 30 minutos todos los días.

Por ejemplo, una de las plataformas más fáciles y famosas en la educación es Moodle. Es una gran herramienta para trabajar durante esta pandemia. 

Moodle es una plataforma construida para el aprendizaje colaborativo, tiene seguridad para los profesores y estudiantes, es fácil de acceder, se puede administrar el contenido, los profesores pueden crear una gran cantidad de actividades al igual que cuestionarios, juegos, completa de frase, etc. Además, los maestros pueden seguir el progreso de cada alumno. (Para obtener más información sobre Moodle, puede visitar nuestra página web.

Estamos a punto de cumplir un año con clases virtuales. No estamos del todo acostumbrados a esta nueva educación en línea. Estamos aprendiendo a gestionar a los estudiantes a través de un dispositivo, cómo planificar y enseñar cada día, cómo atraer la atención de los niños… 

Permítanme decirles que trabajar con clases virtuales es mucho más trabajo que dar clases cara a cara. 

Definitivamente esta pandemia nos está enseñando a ser resilientes y a adaptarnos a nuevas formas de vida: personal y profesionalmente.