Balance del año 2020.

Este año cerramos las puertas y abrimos las ventanas. Aberturas de múltiples colores que de manera sincrónica y diacrónica demandaron nuestra atención, imagen, palabra, voz, incluso nuestro silencio; como una huella dactilar nos reflejamos también en el recuadro de la pantalla.

Dimos acceso a nuestros patrones de conducta, al espacio más privado, al contexto más íntimo. Mientras las plataformas se volvieron cotidianas e indispensables, descubrimos que nuestros megas apenas alcanzaban para hacer llamadas múltiples sin video.

En nuestro país, la conectividad arrastra las deudas de diversos planes y programas gubernamentales, desde la Enciclomedia de Fox, las Habilidades Digitales para Todos de Calderón y la Estrategia Nacional Digital de Peña, hasta la Estrategia Digital Nacional de AMLO. En plena emergencia sanitaria, la promesa de la inclusión digital universal se diluyó con el regreso al modelo mexicano a la teleeducación, creado en el 68.

La encuesta ENCOVID-19 en México, estimó que un 78.6% de las personas presentaron dificultades para continuar con la educación lo hicieron por falta de computadora e internet (48.5%), falta de apoyo por parte de las y los maestros (31.4%), distracción de los niños y las niñas (21.1%), falta de conocimientos (17.1%), falta de libros y/o material didáctico (14.9%).

La educación en tiempos de pandemia

El informe La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19 (CEPAL-UNESCO, 2020) reporta el cierre de actividades presenciales en instituciones educativas en más de 190 países. En América Latina y el Caribe, analiza 33 países, de los cuales “32 suspendieron las clases presenciales y 29 mantienen una suspensión a nivel nacional”. Entre las modalidades de educación a distancial: 26 países implementaron formas de aprendizaje por Internet y 24 establecieron estrategias fuera de línea; 23 países realizan transmisiones de programas educativos por medios de comunicación, como radio y televisión.

Entre las modalidades de aprendizaje a distancia en línea destaca el uso de plataformas digitales de aprendizaje asincrónico, utilizadas en 18 países, en tanto que solo cuatro países ofrecen clases en vivo. Vivimos el auge de las plataformas: Zoom incrementó sus ganancias hasta 27 veces más durante el primera mitad del 2020, respecto a 2019 (Forbes Staff, 2020), el uso de Google Meet se multiplicó por 10 desde que se volvió gratuito (Fernández, 2020, mayo), en tanto la demanda Moodle (2020) se incrementó 3.8 veces más en abril para alcanzar a 1.67 millones nuevos estudiantes, con respecto a los 453,000 del año pasado.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los canales de transmisión del Covid-19 hacia la educación son el académico y económico. Del primero, destacan las desigualdades de la oferta educativa para transformarse hacia la modalidad no presencial, los entornos inmediatos (los recursos de los hogares), así como las capacidades de los estudiantes para adaptarse; el canal económico puede provocar consecuencias de corto plazo sobre la asistencia, la promoción, el abandono y el rezago escolar; efectos de mediano y largo plazo sobre las oportunidades laborales de quienes egresan del sistema educativo (BID, 2020, 2-3).

Los retos de la inclusión

El BID (2020, 18) estima que, por la pandemia, México ocupe el segundo lugar en mayor abandono de estudiantes de 6 a 17 años, por motivos económicos (16%) y por razones académicas (9%). El estudio que incluye 18 países calcula que 1.2 millones de personas en edad escolar saldría del sistema educativo a consecuencia de la emergencia sanitaria, más los millones excluidos por causas históricas.

El 2020 es el año de ventanas abiertas, pero no para todas las personas. El panorama educativo en el contexto de la pandemia plantea diversos retos, uno de ellos es asumir las responsabilidades que plantea la educación a distancia, desde el reconocimiento social y del Estado hasta la eliminación de la brecha digital de género. A las propuestas y prácticas innovadoras que con esfuerzo ha encabezado el personal docente, se deben sumar presupuesto, recursos humanos y técnológicos, habilidades, conocimientos. Ante la incertidumbre, lo mejor respuesta es ocuparnos y prever, pero de eso hablaremos en las siguientes entregas.

Referencias

CEPAL-UNESCO (2020). La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19. Disponible en:

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45904/1/S2000510_es.pdf